El sábado 21 de mayo, con motivo de la celebración del Día Europeo de la Red Natura 2000, nuestra asociación organizó una excursión al Aljibe Alto, en la Sierra de Gádor, un espacio natural incluido en esta Red, pero que a pesar de su gran tamaño (más de 50.000 ha) y su importancia como proveedora de servicios ecosistémicos, sigue siendo muy desconocida para la mayoría de los almerienses.
La excursión, en la que participaron 13 personas, partió de Aguadulce subiendo por la pista a las antenas. El ascenso algo duro, queda compensado por las impresionantes vistas sobre Aguadulce y el poniente almeriense, donde se ha desarrollado una de las agriculturas más productivas de Europa, gracias precisamente al agua que proporciona la Sierra de Gádor.
Antes de llegar a las antenas, tomamos a la izquierda el camino al aljibe, en el que un chotacabras levantó el vuelo casi desde nuestros pies.
En el aljibe hicimos un descanso para reponer fuerzas, y aprovechamos para rescatar a un sapo corredor (Bufo calamita) que había caído dentro, y que nunca hubiera conseguido salir por sus propios medios. Estas estructuras que almacenan agua, en entornos tan áridos como el que nos ocupa, si no están correctamente acondicionados se convierten en trampas mortales para todo tipo de animales, que son atraídos por el agua hacia una muerte segura.
También pudimos admirar el curioso nido de la collalba negra, con su característica acumulación de piedrecitas traídas por el macho a la hembra como prueba de su valía, y en cuyo interior había tres huevos.
Aprovechamos la parada para contar algo de la historia de este aljibe y como funcionaban estas infraestructuras y su importancia para la ganadería trashumante, ya casi desaparecida. Nos sorprende comprobar como el aljibe, del que existen referencias desde al menos el siglo XVI, sigue en buen estado en general y aunque se le nota ya un poco abandonado, sabemos que ha estado en uso al menos hasta finales de los años 90.
Tras el descanso, bajamos poco a poco hasta el Barranco del Palmer, usando las antiguas sendas de pastores y el camino carretero que unía Almería con el poniente.
La parte final es de las más bonitas. En el Barranco del Palmer sorprende ver como la vegetación autóctona, en especial lentiscos, artos y algarrobos, van recuperando el terreno perdido años atrás y ya podemos ver grandes ejemplares de más de 6 m.
En definitiva, una bonita excursión de algo mas de 11 km y 4 horas de duración, en la que además de impresionantes paisajes, pudimos disfrutar con la observación de la fauna más característica de esta zona, como la cabra montés, la collalba negra, la curruca cabecinegra, el chotacabras pardo, e incluso el halcón peregrino.
Aquí os dejamos un archivo KML con la ruta realizada por si quereis descargarlo:
Descargar KML (7,31 KB)
Estupendo artículo. No conocía la zona.
Quizá desde la asociación se podría aydar a la vegetación de mayor porte. En ese espacio tan árido se recupera con excesiva lentitud.
Solo una idea.
Un saludo