Acaba de ser publicado durante 2017 un artículo en el Boletín de la Asociación Herpetológica Española sobre el estado actual en nuestro territorio de un precioso y escondidizo anfibio que podría encontrarse al borde de la extinción en el sudeste ibérico: Posible declive de Hyla meridionalis en su extremo de distribución del sudeste ibérico.

Hyla meridionalis en Almería

El bello fulgor verde de la ranita meridional (Hyla meridionalis).

Como ya anticipa el título, más que de aseveraciones, el mismo versa de posibilidades y, sobre todo, serias preocupaciones…

Según el presente estudio, la ranita meridional (Hyla meridionalis) es un pequeño y hermoso anfibio que antaño se distribuía con cierta frecuencia por muchas lagunas, pozas y remansos de cauces en las provincias de Almería y Murcia. De este modo, en los tramos medios y finales del río Adra en el Poniente Almeriense, así como en los de los ríos Aguas, Antas y Almanzora del Levante Almeriense, hasta incluso finales de la década de 1990 podían escucharse, sin casi solución de continuidad, coros y coros de machos cantando en las templadas noches desde finales del invierno, los cuales proliferaban por cañaverales y vegetación palustre y riparia a la hora de las nupcias con las hembras. Por otro lado, hasta finales de la década de 1980 similar presencia de ranitas podía ser encontrada en varios puntos de agua del altiplano murciano, incluyendo un tramo de la rambla de Tobarrillas, así como la fuente del Pino y el charco del Zorro en la rambla de la Alquería, todos ellos en la cuenca del río Segura.

Voluntarios de SERBAL durante el censo de ranita meridional

Muestreo nocturno de voluntarios durante el estudio realizado.

Sin embargo, después de la supervisión de 70 estaciones de censo muestreadas durante 2016 por 51 voluntarios de la Sociedad para el Estudio y Recuperación de la Biodiversidad Almeriense (SERBAL), Estación de Anillamiento Lorenzo García (EALG,SEO/BirdLife), Berja Comprometida, El Árbol de Las Piruletas, Sunseed Tecnología del Desierto, Asociación Herpetológica Murciana (AHEMUR) y Asociación Naturalista de Jumilla (Stipa), parece posible la desaparición de esta “joya esmeralda” en más del 80% de localidades donde medraba hace 20-30 años. La cuestión es que tan solo se ha podido encontrar ahora en las albuferas de Adra y la desembocadura del río Aguas, sin noticias de la especie en el resto de Almería y en Murcia, provincia esta última donde ya parece darse por completamente extinta.

¿A qué han podido deberse tan probables y dramáticos cambios? Sinceramente, con una actividad humana cada vez más omnipresente en un territorio como es el murciano-almeriense una y otra vez más transformado, las dudas o incertidumbres realmente se minimizan al máximo.

Degradación del hábitat de la ranita meridional en Almería

La destrucción y el soterramiento de las lagunas donde habitaba este ya raro anfibio ha sido toda una constante durante las últimas décadas en el sudeste ibérico.

Y es que (i) la desaparición y fragmentación de ambientes palustres y riparios aquí por las roturaciones y los cambios de uso, (ii) la masiva extracción del agua procedente de los acuíferos y cauces que nutrían los oasis donde vivían las ranitas, (iii) la contaminación y colmatación de los hábitats de éstas aún supervivientes, (iv) la cada vez mayor invasión de especies exóticas que desplazan o depredan a nuestro sensible anuro, (v) la in crescendo aridez del terreno potenciada por un Cambio Climático progresivamente más manifiesto, así como (vi) el situarse nuestro territorio en uno de los, siempre peligrosos, bordes de distribución biogeográfica del animal en la península ibérica, todo ello en su conjunto, están dejando al medio de vida de este bello, pero cada vez más raro, anfibio reducido a la mínima expresión en sus últimos refugios de Almería y Murcia.

Ranita meridional en Almería

Es difícil compaginar la conservación de este sensible anfibio con la agresiva contaminación por la que actualmente está atravesando su ambiente de vida en Almería y Murcia.

En tal sentido, nuestra especie podría constituirse como un buen bioindicador que nos está “revelando” que algo no va bien en lo que concierne a la conservación de los ambientes murciano-almerienses donde vivía no hace mucho. Aun existiendo incertidumbres al respecto, todo apunta al mismo sentido: la ranita meridional parece estar viéndose abocada a un crítico, radical e in extremis riesgo de extinción en nuestro sudeste ibérico.

Si bien tales noticias no son muy halagüeñas, sin las mismas la ranita seguiría siendo una gran “desconocida” entre nosotros, como lo ha sido hasta ahora. Según ello, el papel de este tipo de trabajos es fundamental si se desea conocer el estado de salud de nuestras especies y el ambiente donde habitan, más si tienen la dramática situación como la que ahora centra nuestra atención. Y los trabajos son hechos por personas. Por lo tanto, el presente estudio está dedicado a una persona que, con todo su entusiasmo, vocación y esfuerzo, hizo posible que se materializase y viese la luz publicándose.

Nos estamos refiriendo al carismático amigo Juan Pedro Enciso, un odonto-ornitólogo como algunos lo llamábamos que, a veces acompañado de familia y amigos aunque también en solitario, se dejaba impulsar en sus ratos libres paseando por montes, islas, llanos y valles de dentro y fuera de Almería, pero sobre todo de sus aguazales, para ver, conocer, asombrarse y, principalmente, oír las maravillas naturales que allí se escondían.

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Juan Pedro siempre insistiendo en tratar de transmitir el amor y el respeto por el medio ambiente. En esta ocasión, enseñándole la naturaleza a una de sus hijas.

Y es que su sentido auditivo era admirado por todos, profanos y expertos, al poder distinguir entre la maleza cualquier atisbo de sonido de vida por remoto, efímero o sutil que fuese. Qué fortuna poder haber contado con la generosidad y el corazón de este gran amante de la naturaleza como era Juan, el cual estuvo ahí, al pie del cañón, hasta el fin de sus días.

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Censando en el saladar de los Canos.

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Anillando gaviotas de Audouin (Larus audouinii) en la isla de Alborán.

Imagen 8

Anillando garzas en la isla de Terreros.

Qué pena que ya no esté con nosotros tan preocupado por todo lo que el ser humano hacía cambiar en su bien amada tierra del Huércal-Overa y entorno. En cualquiera de los casos, estamos totalmente seguros y es un gran alivio saberlo, nuestro dentista amante de los animales se ha quedado atrapado en las lagunas costeras de Mojácar, Vera y Cuevas. Juan, siempre estarás con nosotros cuando escuchemos los susurros de sus cañas y los cantos de los pájaros y ranas que nos ayudaste a descubrir entre aquellas, que esperemos sea por mucho tiempo.

Imagen 9

Arropado por familia y amigos en la serranía de Ronda.

Como se dice en el artículo… “Sirva de reconocimiento a uno de los mejores naturalistas que ha conocido Almería”.

Imágenes por cortesía de José M. y Ginés Gómez, J. Manrique, M. de Lara, M. Paracuellos, E. Cruz y E. González-Miras.

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