El pasado 25 de marzo se declaraba un incendio en Alhama de Almería que terminaba calcinando aproximadamente 3200 hectáreas de pinar y matorral en la Sierra de Gádor. Se trata sin duda de unos de los mayores desastres ecológicos sufridos en nuestra provincia en los últimos años.

Entre lo perdido lo más llamativo quizás sea el pinar. En una tierra tan árida como la nuestra, la pérdida de cualquier masa árborea siempre causa aflicción. Sin embargo, sin quitar importancia a este pinar, que era de repoblación, a nosotros nos preocupa más otras especies que seguramente se habran visto afectadas. Algunas de ellas muy exclusivas.

Aspecto del pinar de Alhama tras el incendio.

Este es el caso del abrepuños (Centaurea kunkelii), un cardo endémico de la Sierra de Gágor catalogada como En Peligro Critico de Extinción y que era precisamente aquí, donde se encontraban uno de sus principales bastiones. De esta planta apenas había censados 2000 individuos, todos en este lugar y habrá que ver ahora como le ha afectado el incendio.

Abrepuños (Centaurea kunkelii).

Y es que en general el matorral era muy diverso, y sin duda de mayor importancia ecólogica que el pinar. Enebros, acebuches, matagallos, jarillas, algarrobos, olivillas, etc, erán algunas de las especie que aquí podiamos observar, y que en esta época del año formaban un maravilloso tapiz florido, hoy desierto. Especial pena hemos sentido al ver las centenarias nogueras que había junto a la balsa del Marchal alto de Enix, muertas tras el fuego. Sus viejos troncos retorcidos y agujereados constituian importantes refugios para diferentes especies de murciélagos y aves.

Enebro (Juniperus oxycedrus).

Y es que entre la fauna también había especies exclusivas. La zona que se ha quemado cerca de Enix, se encuentra dentro del área de distribución del caracol chapa (Iberus gualterianus), un caracol único y escaso considerado también En Peligro de Extinción. Su adaptación a zonas áridas, su gran dimension y su curioso aspecto en forma de fosil, lo convierten en una especie única dentro de la malacología europea.

Caracol chapa (Iberus gualterianus).

También en la cara sur, podiamos encontrar alguna que otra población de camaleones, que seguro han sucumbido. Sus hábitos arboreos y su escasa capacidad de huida le hacen muy sensible a este tipo de catastrofes. Nos queda sin embargo la esperanza de quizás sus puestas, realizadas en el mes de septiembre y octubre, hayan podido sobrevivir. Para comprobar esto habrá que esperar al verano.

Camaleón (Chamaeleo chamaeleon).

Perdices, liebres, conejos, la cabra montés y el jabalí eran abundantes. Hemos encontrado varios individuos muertos y los que hayan sobrevivido al fuego, tendrán que buscarse por ahora otro sitio en la Sierra de Gádor.

Liebre (Lepus granatensis) calcinada en la zona de Alhama.

Entre las rapaces sabemos que aquí nidificaba el buho chico, el búho real, el halcón peregrino y la escasisima águila perdicera. Sus territorios se han quemado por completo y se han quedado sin zonas para cazar. Tendran que desplazarse, al menos temporalmente, y no creemos que se reproduzcan con éxito este año allí. Aunque quizás nos sorprenda.

En España, el águila perdicera (Aquila fasciata) tiene uno de sus principales bastiones en la Sierra de Gádor.

Por último y no menos importante, también había allí varios lugares de reproducción de anfibios. Nosotros al menos teniamos controlados cuatro: dos de sapo corredor (Bufo calamita) y dos de sapo común (B. bufo). Todos se han visto afectados, aunque los renacuajos han sobrevivido.

 Sapo corredor (Bufo calamita) en amplexo.

En definitiva, como hemos visto son muchos los valores naturales perdidos. Algunos muy exclusivos. Sin duda esta zona necesita ahora ser tratada con mimo y se merece un Plan de Recuperación para que un día pueda renacer tan vivo como lo estaba hace apenas un mes.

 

Un comentario

  • A través de estudio en marcha, de Salvador Fernández ha conseguido identificar nuevas poblaciones de Centaurea kunkelii, lo que empezó como una práctica de una asignatura (SIG) se ha convertido en su "Trabajo Fin de Grado", ya entonces descubrió una nueva población de la especie en Sierra de Gádor, según me comentó cuando el incendio, precisamente estaba en el área quemada, aún no he tenido ocasión de conocer por el si ha sufrido, pero el fuego ha pasado muy, muy cerca, tal vez le haya afectado.

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