Todos los años igual. Es matemático. Tras las lluvias aparecen los mosquitos, la gente se queja, y el ayuntamiento responde fumigando. ¿Pero es esta la mejor solución? ¿De dónde demonios sale estos mosquitos que tanto nos molesta? ¿Cómo hay que tratarlos? ¿Se están haciendo las cosas bien? En esta entrada intentaremos explicarlo.
Mosquito de marisma (Ochlerotatus caspius).
Estos mosquitos tan molestos que nos atacan estos días en Aguadulce y Roquetas de Mar no son mosquitos comunes. Son mosquitos de marisma del género Ochlerotatus (O. caspius y O. detritus), y son típicos de zonas salinas, un tipo de hábitat común en los alrededores de Aguadulce, Roquetas de Mar y Almerimar.
Tienen además un marcado grado de antropofilia (preferencia por picar a los humanos), y una gran capacidad de vuelo (unos 7 km), lo que les convierten en los mosquitos más molestos para el hombre en zonas costeras.
Lo que les diferencia del resto de mosquitos, es el hecho de que realizan sus puestas sobre el suelo, en zonas que luego se encharcarán de manera temporal. Digamos que son “oportunistas”.
Cuando llueve las charcas se llenan y el agua actúa como activador de la eclosión, pudiendo llegar a producirse una nueva generación cada vez que se produce una bajada y posterior subida del nivel de agua (cada vez que llueva), por lo que puede presentar varias generaciones anuales. La sincronización de su desarrollo provoca importantes picos poblacionales que hacen que se constituyan en plagas muy molestas para los habitantes del entorno de los medios en los que habitan, lo que hace necesario la aplicación de medidas de control.
Las zonas que se encharcan de manera temporal junto a la playa son el hábitat ideal de este mosquito, pero también de numerosas especies de aves.
Pero al ser “especiales” la forma de tratarlos debe ser también diferente. Normalmente la respuesta del ayuntamiento tras la aparición de la plaga y las quejas de los vecinos es fumigar con tractores que llevan un cañón nebulizador, siendo su finalidad matar a los adultos. Sin embargo está demostrado, especialmente en este caso, que el control de mosquitos en fase adulta resulta ser poco eficaz, además de ser mucho más caro que lo que aquí proponemos.
Por lo general tras la aprición de la plaga la respuesta es la fumigación. Esto no es lo mas efectivo.
En estos medios y para este tipo de mosquito en concreto, lo más correcto es tratar antes de que salgan los adultos. Pocos días despues de la lluvia.
Además, lo ideal es la utilización de formulaciones fitosanitarias en crema basadas en Bacillus thuringiensis israelensis aplicadas mediante aspersión con mochila manual. Esta materia activa de origen bacteriano presenta una alta especificidad contra las larvas de estos mosquitos, y actúa por ingestión. La aplicación del formulado debe hacerse cuando se observe la presencia de larvas (debería haberse hecho hace dos semanas, cuando aparecieron las primeras larvas) y en ningún caso como tratamiento preventivo, y siempre que exista una causa de incremento del nivel de agua entre los meses de marzo y octubre, cuando las temperaturas son compatibles con el desarrollo óptimo de los mosquitos.
Si tenemos en cuenta que, por ejemplo, la zona que se inunda en los alrededores de Aguadulce es muy pequeña, en torno a las 30 Has, estamos seguros que uno o dos operarios cargados de una mochila podrían tratar perfectamente toda la zona, y nos ahorraríamos así el tractor que tanto daño hace y que seguramente cuesta más.
Y es que si las cosas se hicieran siguiendo ciertos criterios técnicos tan solo habría que tratar unas pocas veces al año. Nos sorprende por ejemplo ver como el tractor del ayuntamiento este verano fumigaba todos los días, aún estando las charcas totalmente secas. Desde luego esto tenía poco sentido.
Ya para terminar, si además favoreciéramos las poblaciones de murciélagos, golondrinas y aviones comunes, auténticos aliados en la eliminación de mosquitos, y que desde luego según nuestros datos por aquí no los tratamos muy bien, otro gallo nos cantaría… pero eso lo dejaremos para otro día.