Los alumnos de 4º de ESO del IES Carlos III de Aguadulce (Roquetas de Mar, Almería) están desarrollando actividades sobre el proyecto ‘Echa a volar’ con mucho interés y motivación, gracias al empeño de su profesora de ciencias naturales Rocío Rivera Sánchez.
Estos chicos llevan desde que comenzó el curso escolar, en octubre de 2016, informándose, investigando y realizando diversas actividades sobre las especies beneficiosas que trata el proyecto. Trabajando en equipo, ellos mismos seleccionaron qué especie faunística querían investigar. Comenzaron por buscar en diversas fuentes de información las características y aspectos de los tres grupos faunísticos beneficiosos: aves insectívoras (avión común, golondrina y vencejo común), murciélagos y polinizadores solitarios (abejas y avispas silvestres). Con la documentación recogida elaboraron unos fantásticos paneles informativos muy completos, acompañados de su traducción en inglés y los códigos QR que enlazan a información complementaria en Internet.
Para muchos de los chavales eso del código QR era novedoso y no sabían de qué trataba. Pero no era así para uno de los alumnos, Oleh Mykhaylchenko, quien tuvo la iniciativa de realizar una charla para explicarle a sus compañeros qué son estos códigos y cómo se generan. No solo lo aprendieron teóricamente sino que además, lo pusieron en práctica en los paneles que ellos mismos estaban elaborando.
Después de toda esta teoría y trabajo escrito, las ganas de hacer cosas manuales y entretenidas eran imparables. Llegó el día del taller de construcción de refugios, algo que esperaban ansiosos. Tras una breve explicación sobre las características de los refugios para cada especie beneficiosa y los diversos motivos para su instalación, los alumnos se pusieron manos a la obra. Se decidió crear nidos en forma de cuenco, para avión común y golondrina común. Un grupo elaboró los nidos-cuenco para golondrina común con moldes de papel de periódico con film de plástico y estructura a base de pasta de papel de periódico. Mientras que otro grupo creó nidos-cuenco para avión común con moldes de trozos de garrafas y film de plástico y estructura a base de mortero (cemento y arena) con malla metálica. El empeño y cuidado que pusieron en dar forma a los nidos, alguno de los alumnos, fue inmejorable. Tras unas cuantas horas de diversión y aprendizaje los nidos-cuenco estuvieron terminados y solo faltaba dejarlos secar para desmoldarlos en los próximos días. Los alumnos también mostraron gran interés en conocer las diferentes formas de montar "hoteles" de insectos para abejas y avispas solitarias, así que se les dieron algunas ideas y se les mostraron los tipos de materiales tan sencillos que pueden recolectarse para construirlos, ya que estos insectos necesitan únicamente un agujero donde refugiarse y/o hacer la puesta. Se les comentó que lo ideal es que sean materiales naturales con forma de cilindro: cañas y juncos secos, agujeros perforados en madera, etc., o bien tubos cilíndricos transparentes en los que resulta posible comprobar si algún insecto entra: gomas de riego, tubos transparentes, cilindros de los bolígrafos, etc.
Desde luego que estos chicos están echando a volar. No hay quien los pare. Están tan motivados que plantean realizar charlas a alumnos de cursos inferiores para explicar y mostrar lo que están haciendo. Sus actividades relacionadas con el proyecto continuarán durante lo que queda de curso.
Así que, ¡no te pierdas las siguientes publicaciones sobre este apasionante proyecto!
El proyecto ‘Echa a volar’, impulsado por SERBAL y en el que participan múltiples colectivos trabajando conjuntamente en comunidad, se encuentra incluido en ‘[Andalucía] mejor con Ciencia’, el programa de la Fundación Descubre destinado a involucrar a comunidades para que trabajen en resolver un problema local con fundamentos científicos, cofinanciado por la Fundación Española para la Ciencia y Tecnología, FECYT.