El avistamiento, estos días, de un ejemplar de porrón pardo (Aythya nyroca) en la Ribera de la Algaida, supone otro argumento a favor de la urgente protección de este humedal.
El porrón pardo, incluido en el Libro Rojo de las aves de España como “En peligro crítico” y en la categoría de “En peligro de extinción” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, es la más escasa de nuestras anátidas, estando prácticamente al borde de la extinción como especie reproductora. Según el sitio web de SEO/Birdlife, únicamente unas pocas decenas de ejemplares invernan en nuestro territorio, apareciendo en solitario o en pequeños grupos en lagunas del sur de la Península.
En Almería, en los últimos años, se ha registrado varias veces su presencia durante el invierno, siempre de manera muy escasa, y hasta el momento nunca se ha podido comprobar su reproducción. En Andalucía el efectivo de invernantes es fluctuante según los años, si bien, nunca han superado el centenar de individuos. En cuanto a la reproducción, aunque se han localizado algunas parejas en diferentes humedales, hasta el momento solo se ha podido comprobar su reproducción esporádica en las Marismas de Guadalquivir.
El porrón pardo es un pato más exigente que otras especies y requiere que los humedales que ocupa cumplan determinadas condiciones, presentando escasa tolerancia a la salinidad y la eutrofización. Prefiere normalmente lagunas con abundante vegetación flotante y/o emergente de agua dulce, y con presencia de macrófitos sumergidos, ya que aunque su dieta es omnívora, incluye un alto porcentaje de vegetación acuática.
En la Ribera de la Algaida, la charca más favorable para esta especie es la “charca de la culebra”, pues es la única charca de agua dulce de la Ribera y una de las que mantienen una mayor presencia de vegetación acuática sumergida, especialmente en primavera.