La mayor parte de los pinares de repoblación de nuestra provincia se plantaron entre los años 60 y 80 de siglo pasado y tenían como objetivo principal proteger el suelo y las cuencas hidrográficas en unas sierras que por aquella época se encontraban totalmente deforestadas, y sin duda, cumplieron con las expectativas.

Participantes civiles y militares en la jornada. Foto: © SERBAL.

Sin embargo estos pinares, en su mayoría monótonos y sin apenas sotobosque, son artificiales y mucho más sensibles a plagas e incendios que las masas naturales, por lo que presentan mayor riesgo de desaparecer a largo plazo. Un riesgo que va en aumento debido al cambio climático. Por ello, la mayoría de los expertos piensan que actuar en estos pinares buscando una mayor heterogeneidad una vez que han alcanzado cierto tamaño, es esencial.

Siguiendo estas recomendaciones y con el objetivo de naturalizar algunos de los pinares presentes en la Sierra de Gádor, la Sociedad para el Estudio y Recuperación de la Biodiversidad Almeriense (SERBAL) y el club deportivo La Desértica, pactaron trabajar juntos para reforzar la protección de estas masas mediante su integración ecológica. Un acuerdo que se enmarca en el Proyecto “Planta tu huella” y los fines solidarios de la carrera, que ha cumplido ya su VI edición.

Los trabajos comenzaron el año pasado en un pinar situado entre los municipios de Terque y Alhama de Almería, en el que, en una primera fase, se introdujeron especies mediterráneas como la encina, la coscoja, el lentisco, el algarrobo o el acebuche, junto a arbustos muy atractivos para la fauna como tomillos, romeros y retamas. Unas plantas que fueron cuidadas a lo largo de todo el año y a la que se dieron varios riego de apoyo para asegurar su enraizamiento.

El 17 de marzo, llegó el momento de la segunda fase, que tenía como objetivo reforzar estas plantaciones, acondicionar una serie de puntos de agua para la fauna, y la instalación de cajas nido. A esta nueva cita acudieron una treintena de personas entre voluntarios de SERBAL y miembros del Tercio Don Juan de Austria, junto a un camión cisterna cargado con 10.000 litros de agua.

Población civil y militar trabajaron juntos introduciendo casi un centenar de nuevas plantas y regando las ya sembradas anteriormente, comprobando in situ, el buen arraigamiento de algunos de los ejemplares plantados anteriormente.

Asegurar la presencia de agua en esta zona tan árida y en tiempos tan difíciles, era también unos de los objetivos principales. Con este fin se hicieron labores de mantenimiento en el aljibe presente en la zona y se mejoró la captación para asegurar la presencia de agua de forma permanente en un abrevadero cercano. Asimismo, se descargó gran parte del camión cisterna en una charca donde acude gran parte de la fauna que habita este paraje y que los últimos años ha permanecido seca debido a la escasez de lluvias.

Instalación de cajas nido para favorecer la presencia de aves controladoras de plagas. Foto: © SERBAL.

Hubo tiempo también para la instalación de 30 cajas nido cedidas por CECOUAL, estructuras estas que facilitan que aves insectívoras forestales como carboneros y herrerillos, depredadores naturales de plagas como la procesionaria del pino, puedan colonizar estas masas donde los árboles maduros y con huecos, son prácticamente inexistentes.

Las aves insectívoras, como carboneros y herrerillos, desempeñan un papel crucial en el ecosistema forestal al actuar como agentes de control biológico natural de plagas, especialmente en bosques de pinos de repoblación, especialmente proclives a presentar problemas a largo plazo.

Estas aves son depredadores naturales de la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa), una de las plagas forestales más devastadoras en Europa. Las orugas de la procesionaria defolian los pinos, debilitando los árboles y haciéndolos más susceptibles a otras enfermedades.

Las aves insectívoras consumen grandes cantidades de huevos, larvas y pupas de la procesionaria, contribuyendo a la reducción de sus poblaciones. Se estima que un solo carbonero puede consumir hasta 500 orugas de procesionaria por día, mientras que un herrerillo puede consumir hasta 300. Además de controlar la procesionaria del pino, las aves insectívoras también contribuyen al control de otras plagas forestales como defoliadores, barrenadores y moscas de la madera.

El control biológico de plagas mediante aves insectívoras ofrece una serie de ventajas sobre los métodos tradicionales de control, como la fumigación química. Las aves insectívoras son una solución natural, eficiente y sostenible que no daña el medio ambiente ni afecta a otras especies.

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